Contra el periodismo anticaza

A raíz de una noticia publicada recientemente por un periodista de clara tendencia anticaza sobre la petición al congreso de que se les otorgue a los cazadores la distinción de conservadores de la naturaleza, el presidente de la Federación Extremeña de Caza, José María Gallardo, ha realizado unas declaraciones que compartimos íntegras. Ya basta de que los medios de comunicación informen sobre temáticas que desconocen, difamen al colectivo en su totalidad y criminalicen a un sector que disfruta de una actividad legal y legítima. 

———————————————————-

Pudiera parecer una noticia positiva, que se limitara solamente a informar, escrita por un periodista serio en un diario formal, pero nada de eso es así. Una vez más se aborda una iniciativa parlamentaria en materia de caza desde el desconocimiento, la ignorancia más absoluta, y lo que es peor, mintiendo y tratando de manipular al lector. Si yo fuera periodista, me daría vergüenza ser el autor de esta bazofia.

Dice el autor, que casi cada mes, los populares defienden la agenda de intereses del sector cinegético en el Congreso. Casi tanto, como se ataca a la CAZA desde el panfleto leninista donde es habitual que tengamos que aguantar la grosería de numerosos personajes maleducados, que han encontrado aquí su particular estercolero donde retozar.

Los cazadores y nuestras familias estamos cansados de aguantar tanto ataque gratuito sin ton ni son, sin ninguna justificación más que el ego de un periodista que quiere hacerse el gracioso, congraciarse con los suyos, o aprovecharse del tirón de un sector tan importante como el nuestro, para que, al menos, esos ecologistas y animalistas retrógrados de ciudad lo conozcan y le den la palmadita correspondiente. Es habitual ver, cómo desde este periódico digital se ataca a la caza y aun así nos callamos. No queremos darle publicidad a algo que no tiene prácticamente repercusión, eso es lo que pretenden, salir de su entorno endogámico y viciado. Estamos hartos de la gentuza anti caza, de los bulos entorno a nuestra actividad, de las decenas de miles de perros que nunca se abandonan, de las historias lobunas para no dormir, y así un largo etcétera.

Este periodista debería estudiar un poco e informarse sobre lo que escribe, así no haría el ridículo ni mentiría a los lectores. Debería saber que el reciente Convenio Europeo sobre Protección de Animales de Compañía (Estrasburgo, 13 de noviembre de 1987), subscrito ahora por España, hace mención a los animales de compañía y no de producción, como pudieran ser algunos de nuestros perros empleados para ciertas modalidades de caza. Y que el artículo 10.2 deja abierta una puerta al corte de orejas y rabos por razones de medicina veterinaria o bien en beneficio de un animal determinado. Pero la verdad no interesa, estamos en la época de la posverdad.

Este señor ignora o quiere ignorar, que independientemente de que la caza sea o no comercial, existen una orden general de vedas que regula las fechas de caza teniendo en cuenta la fonología de cada especie. De esta forma conservamos nuestros espacios y evitamos daños a las especies que habitan en nuestros cotos. El texto con el que este señor se ha dado a conocer en la venatoria no tiene desperdicio, se ha despachado a gusto, no puede decir más sandeces y obvia cuestiones innegables. Critica los miles de ejemplares de caza mayor abatidos, pero no habla de la necesidad de ello para la agricultura, ganadería o accidentes de tráfico, incorporándose a la cadena alimentaria una carne rica y saludable. Balbucea cosas que le han contado, que matamos muchos animalejos y que lo tenemos todo lleno de plomo. Pero calla que la mayoría de rapaces en peligro de extinción o el felino más amenazado del mundo, viven, crecen, y se reproducen en COTOS DE CAZA.

Con deslealtad a su profesión, este señor critica y nos niega el derecho a los cazadores y pescadores deportivos, a que se reconozca nuestro compromiso con el medio natural y la conservación de la naturaleza, sin importarle en absoluto la opinión de numerosos expertos que así lo avalan o los informes de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), la mayor y más importante Agencia de Medioambiente del Mundo.

Mención a parte merece la opinión vil y rastrera sobre el problema social, económico y medioambiental, que existe con las especies exóticas invasoras y el gran triunfo que los ecologistas consiguieron con la sentencia del Supremo. Lo aborda con un partidismo descarado y despreocupado con la sociedad rural y las miles de familias que viven de ellas. Parece que estos animales no merecen su respeto, ¡son muy malos, son invasores! ¡ojo, a estos hay que matarlos!.

Y todo esto para nada, para que el PP presente una iniciativa más, que sea rechazada, que se quede en nada, que sea humo. De esto también estamos cansados los cazadores. Los partidos serios deberían abordar la caza con la seriedad y el rigor que merece, cocinar estas cuestiones a fuego lento y presentarse en el Congreso de los Diputados listo para servir. La caza no es un juego, y no es baladí su repercusión económica y social, su trascendencia en la gestión de los espacios naturales mejor conservados de nuestro país. Debería trabajarse de forma más contundente y con la implicación de todos los partidos políticos, para a través de la estrategia nacional cinegética, asignarnos esos valores y beneficios sociales, económicos, medioambientales y culturales, que a este tipo tanto le molestan.

NO ACABARÁN CON NOSOTROS – VIVA LA CAZA –

José María Gallardo

Compartir Artículo

Artículos Relacionados