Recuerdos taurinos en Casablanca

Yo nací en Casablanca, Marruecos, cuando era Protectorado Francés.

Había una plaza de toros primero de madera entre los años 1910 y 1920 que fue reinaugurada el 9 de octubre de 1921, lidiándose toros del Conde de la Corte por las cuadrillas de Julián Saiz Saleri, Manuel Varé Valerito y José García Maera.

Posteriormente se construyó una más grande que se preinauguró en el año 1934 y, tras una reconstrucción, ya en obra, se inauguró en 1954 con el nombre de “Les Arènes” y una corrida de Domingo Ortega. Plaza grande y bonita de piedra blanca.

Mi padre, natural de Burgos, era muy aficionado (y torero frustrado) y fui con él a muchas corridas. Corridas muy buenas, por cierto, con figuras como Juan García Mondeño, Curro Romero, Manolo Vázquez, Gregorio Sánchez, Luis Miguel Dominguín, Manuel Benítez El Cordobés, Ángel Peralta, Josechu Pérez de Mendoza y otras muchas figuras de la época. Hubo corridas hasta mucho después de la independencia de Marruecos en 1956.

Había mucha afición no solo entre los españoles que residían allí, sino también entre franceses, italianos, portugueses… incluso entre “La afición musulmana que era curiosa y valoraba mucho el aspecto artístico” según comentó Victoriano Valencia que toreó allí como novillero, en 1953.

¡Era espléndido! Entonces Casablanca era un pequeño París, pero mucho mejor. Los coches eran más bonitos que en París, las mujeres más elegantes, más aseadas… ”, cuenta Solange a la revista marroquí TelQuel (la antigua propietaria -hoy fallecida- del restaurante “La Corrida” de Casablanca). Ir a la corrida se convirtió en un ritual para los de Casablanca. Era la cita obligada de la semana.

Un casablanqués, amigo mío, Paco Herrera, fue un novillero exitoso en España. El mayor fue en una novillada en Madrid, el 15 de agosto de 1960 en un mano a mano con Santiago Martín El Viti y saliendo ambos a hombros por la Puerta Grande. Más tarde tomó la alternativa y como matador de toros tuvo una exitosa aunque breve carrera en los años 60, que se truncó por una grave cogida.

La última corrida en Casablanca fue el 2 de marzo de 1969 con el impresionante cartel de Antonio Ordóñez, El Viti y Ángel Teruel. La plaza fue derruida en los años 70 por orden del Rey Hassan II al que no le gustaban los toros y ahora el único lugar que guarda aún viva la memoria de la tauromaquia de Casablanca es el restaurante “La Corrida” cuya decoración está realizada por las piezas de las antiguas arenas de Casablanca, carteles, fotos de figuras del toreo y otros matadores famosos.

Todo esto para decir que mi padre solía repetir: ”Si existe la reencarnación, yo quiero volver a nacer toro bravo. Voy a vivir cuidado como nadie, en el campo, entre mis hermanos, 4 o 5 años y luego morir luchando como el toro bravo que soy”

 

Miguel Manrique

 

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