¡Fanfarrocaza!

La paradoja del cazador actual, podría ser el preámbulo de cualquier gran novela de Julio Verne. La involución del cazador de hoy día ha pasado de ser causa de guerra entre pueblos (la defensa del territorio de caza), a ser el mismo cazador el que mancilla esta ancestral actividad desde que el hombre es hombre, no sólo permitiendo impasiblemente que se nos despoje poco a poco de nuestra actividad sino plasmando zancadillas y lanzas certeras a nuestros propios guerreros de la tribu.

Nos preguntamos cada día con más intensidad, a muchos que se llaman cazadores, pescadores, taurinos… ¿realmente lo sentís? A esos que se dan tantos golpes de pecho por sus trofeos, con sus taxidermias en las paredes de sus casas y sus corbatas impolutas que igual se anudan para mentir en programas de caza y pesca que se anudan para fanfarronear en sus actos sociales/lucrativos a los que tienen la poca honradez de llamar caza/pesca.

En toda actividad siempre hubo intereses, los hay y los habrá, por muchos que nos pese y por lo que deberemos luchar todos con mayor énfasis si cabe para erradicarlo, pero lo que el mundo de la caza en particular está protagonizando con los que tenían que ser los defensores a ultranza, no tiene nombre, cuando hayamos perdido la partida ante los gobiernos que se arrodillan bajo el faldón de los “ecoterroristas”

¿De qué os servirá el dinero? ¿Para qué vais a querer tantas subvenciones? ¿Seguiréis teniendo sedes y despachos de federaciones? Cuando ya no podáis lucir vuestras preciosas corbatas en vuestros actos sociales a los que llamáis caza, ¿Qué vais a hacer?

Remontándonos de nuevo a la historia, hacéis que las 12 tribus de Judá fueran un sistema de organización Alemán comparado con lo que vosotros y vuestra codicia despachil os obliga a hacer. Surgió una ilusión, un sueño en el que todos podíamos tener cabida, la esperanza de poder tener la opción de decidir nuestro futuro, una alternativa real para defender todo aquello a lo que el mundo del campo a anhelado desde hace muchísimo tiempo. Sin embargo volvemos a cuestionarnos si realmente sois tan cazadores como decís ser, pues amar nuestras actividades, no lo entendemos por vetar a ANATUR – Acción Natural Ibérica de Alianzas que ya han demostrado qué clase de circos ibéricos son, ni federaciones que proclaman su protagonismo con manifestaciones individualizadas negando otras, que pudieron ser algo grande y un sentir de todo el gremio. Tampoco es amar la caza un banda de gente con poco ingenio que plagia la alternativa política que arrancó para unificar a todos los sectores rurales, que por no tener principios no tienen ni salero para escribir sus propias ideas, pues se dedican a copiar frase por frase nuestros contenidos webs, a estos también les gusta mucho la caza… pero ¿Y el cazador de barra de bar? El que sólo predica su doctrina con un botellín en la mano y se echa las manos a la cabeza cuando le pides una cuota para un partido, que quiere defender todo eso de lo que tú sabes tanto en esos bares donde predicas. Algún día en los bares pondrán púlpitos en lugar de mesas y sillas. Y a ese cazador de barra de bar le preguntamos ¿Qué aportas tú?

Opinar en las redes sociales es muy lícito, faltaría más, pero a todos esos que sólo saben hacer ataques sin fundamentos bajo perfiles falsos hacia aquellos que humildemente intentamos dejar el nombre de la caza bien alto, os digo, ¡No os gusta la caza! ¡Ni la pesca! ¡Ni nada! Lo que intentáis es dar lecciones; en época de guerra hay que sumar, cada uno con lo que pueda, para restar ya están los antis, y en ANATUR – Acción Natural Ibérica siempre hemos escuchado cualquier opinión, las que nos gustan y las que no, pero los ataques de hacer daño por hacer daño, en la conciencia de cada uno queden, aunque nosotros sí que os lo dejamos bien claro ¡Que no os gusta la caza!

Creo que ya es hora, de que a todos esos que se dan tantos golpes de pecho, canalicen sus fuerzas en el sueño de que un día seamos escuchados y se nos reconozcan nuestros derechos y nuestros intereses y para ello tenemos que estar juntos, el día que se entienda que ANATUR – Acción Natural Ibérica es el nexo y no el enemigo.

 

Andrés Martín

Compartir Artículo

Artículos Relacionados