ÉTICA URBANITA

ÉTICA URBANITA

 

Cada año que pasa desde las grandes urbes pretenden concienciarnos del cambio climático creando unas pautas a seguir. Esas pautas que nos pretenden vender como el gran milagro, si nos remontamos a años atrás, o incluso en la actualidad, son pautas que tenemos como decálogo en el mundo rural.

 

 

Estoy cansada de leer en periódicos como las superficies urbanas reciclan toneladas de basura al año y se enorgullecen de ello. A mí me enorgullecería el que esa basura se redujera y no presumir de ser consumistas incontrolados pretendiendo dar lecciones de ética a los habitantes del mundo rural.

 

 

Aquí es muy sencillo, un envase, por ejemplo las tarrinas de helado, se usa posteriormente como tupper, para guardar tornillos,…. Y así como infinidad de cosas, eso es reciclar, darle un uso alternativo a las cosas, no haber quien llena primero el contenedor amarillo de plásticos….

En el mundo rural disfrutamos y podemos presumir de poder alimentarnos de lo que nos dé la gana sin necesidad de acudir a un supermercado, si queremos carne siempre podremos criar nosotros un ternero, un cerdo,…. Comprárselo al vecino que se dedique a ello o incluso abatir las piezas en temporada de caza como jabalí, corzo,… Podemos pescar también nuestros alimentos en ríos, embalses o incluso en el mar.

 

 

Ahora está la moda de los productos ecológicos, y digo moda por una razón, muchos de esos productos que venden como ecológicos tienen tanto de ello como yo de vegana, la gente solo compra las cosas por el cartel, pero, ¿realmente se paran a mirar si ese producto tiene la certificación necesaria para llamarse ecológico? En un alto porcentaje apuesto a que no. El producto ecológico no solo es el que dispone del sello, es el que tu cultivas en tu huerto, y que por tanto sabes que estas consumiendo. Eso sí, los huertos urbanos que están tan de moda nunca podrán llegar a compararse con los huertos rurales, ya que el aire que tenemos aquí es un aire limpio, sin contaminación, sin exposición a cientos de productos nocivos para la salud.

 

 

Nos tratan de culpar a los pueblos del cambio climático cuando disponemos del filtro de aire más potente del planeta, LOS BOSQUES , y nos quieren dar lecciones desde sus sillones de piel sintética, desde sus despachos con vistas a chimeneas industriales con filtros para “limpiar” de gases nocivos el aire que expulsan; nos quieren dar lecciones de lo que contamina una vaca con los pedos que tiran, cuando a diario generan caravanas kilométricas de coches para acceder a sus trabajos.

 

 

Nos quieren dar lecciones de ética al mundo rural, cuando los únicos culpables del desastre ecológico actual es culpa de la ansiedad de las urbes de destruir terrenos, aunque sean catalogados como terrenos protegidos, para la expansión de las ciudades y polígonos industriales. Nos cargan de impuestos al mundo rural de todo tipo cuando los mayores consumistas son ellos, cuando los mayores generadores de basura son los urbanitas,….

Nos pretenden enseñar que es el maltrato animal cuando ellos tienen a sus perros, gatos, cerdos,… confinados en pisos de 50 metros cuadrados, sacándoles un par de veces al día a los “espacios verdes” de las ciudades, con sus ropitas de diseño, cuando en nuestros pueblos viven en libertad.

 

 

Nos quieren enseñar lo que es la libertad desde sus puestos de trabajo entre cuatro paredes, o desde gimnasios en los cuales simulan que corren por llanuras,… Nosotros trabajamos oliendo aire fresco, corriendo por parajes inigualables, disfrutando del agua que cae del cielo sin miedo a que sea ácida, DISFRUTANDO DE LA LIBERTAD.

 

 

Por eso me pregunto yo, que lecciones pretenden darnos al mundo rural cuando los causantes principales de todo este desastre ecológico viene de esas grandes concentraciones llamadas urbes. Cuando dejaran de engañar a las personas de que el mundo rural es el cáncer cuando los únicos culpables de todo esto es el querer centralizar a las personas alrededor de las grandes ciudades para absorberles la libertad.

Basta ya de abusar del mundo rural, basta de acribillarnos con impuestos y leyes absurdas que nada tienen que ver con nosotros, y preocúpense por proteger más el mundo rural, puesto que somos la única esperanza para salvar al planeta.

Pretenden enseñarnos a los habitantes rurales a cómo vivir en los pueblos cuando ellos no saben cómo vivir en las ciudades.

 

 

Azucena Vega Morcuende

Tesorera ANATUR

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