Gallo Combatiente Español

 

Desde ANATUR creemos que lo peor  que se puede hacer para una especie animal es limitar su promoción, cría y expansión. Más aún, si se trata de una raza milenaria y autóctona como lo es el Gallo Combatiente Español. Este animal viene siendo desde tiempos inmemoriales un ídolo de las más altas sociedades, representado en banderas y siendo motivo de acuerdos entre culturas.

Este animal, muy al contrario que el común de las personas cree, vive a cuerpo de Rey durante toda su vida, preparado como un verdadero atleta, bajo una alimentación especial y específica y en definitiva bajo los más delicados cuidados por su dueño. Siendo Rey, el Gallo Combatiente tiene por delante una dura tarea, la subsistencia en el presente actual, venida a menos por la falta de conocimiento por el gran público y su falta de regulación general, pues al prohibir sus riñas (que genéticamente desde que nacen son inevitables de forma natural) lo único que se ha conseguido es potenciar las peleas de gallos ilegales y una depreciación de su raza y pureza de la misma.

Con la prohibición de las riñas en gran parte de las distintas comunidades españolas (sólo reguladas y admitidas en Andalucía e Islas Canarias), se ha producido una falta de estímulo a la raza, mala regulación y una prohibición de actividad de su naturaleza combativa, que se realiza con dicho animal desde los inicios de la propia raza.

Desde ANATUR pensamos que debería de haber una protección a la Raza del Gallo de Combate Español, una formación e información al gran público desconocedor de la reglamentación en sus combates, muchas veces comparándolo con el desagradable y cruel divertimento de las peleas de perros, cuestión totalmente distinta y alejada por completo, tanto en su naturaleza (a los perros de pelea hay que azuzarlos y no es natural su pelea) como en su fondo.

Existen distintos tipos de Gallos Combatientes y distintas reglamentaciones. En ANATUR defendemos la riña como manifestación natural de esta especie única, escrupulosa con la normativa que garantiza que se lleve a cabo de manera voluntaria por los animales e impide cualquier forma de manipulación o maltrato. Al fin y al cabo lo que busca el verdadero aficionado a esta bella raza de Gallo no es sino que en las “tientas” en el reñidero se pula y ensalce la línea de la raza y en definitiva se mejore y perpetúe la especie.

Este animal, uno de los más bellos de la Creación, admirado y venerado desde tiempos inmemoriales por muchísimos pueblos, por su gallardía, valor e indómita resolución de pelear hasta la muerte por defender su territorio, corre serio peligro víctima de un falso modernismo, hipocresía y sobre todo ignorancia, de aquellos que con su actitud creen hacerse merecedores del título de defensores de los animales.

¿Puede alguien que promueve la desaparición de una especie eliminando su razón de ser, reivindicar semejante título sin sentir vergüenza?

En una sociedad justa, que creo todos deseamos, todo el mundo tiene derecho a defenderse, es por eso que aquellos que amamos a estos animales, que hacemos el esfuerzo de criarlos desde pequeños protegiéndolos de su propio instinto de autodestrucción, siendo en definitiva sus esclavos, no podemos permanecer en silencio por más tiempo ante la condena sin juicio previo que se hace de esta raza, y paralelamente de todos aquellos que la defendemos, tachándonos de maltratadores, retrógados, primitivos, u otros calificativos parecidos.

Hemos de alzar nuestra voz por encima de aquellos que, pese a las reiteradas invitaciones a conocer de cerca la realidad de las peleas de gallos de pelea, han hecho caso omiso y continúan defendiendo “su verdad” como la única posible, aunque una mínima y rigurosa investigación, que evidentemente nunca les ha interesado hacer, eche por tierra todas sus teorías.

Es nuestra obligación y nuestro derecho, como defensores de las peleas de Gallos, única razón de ser del Gallo de Pelea, reivindicar que se nos escuche, que se atienda a nuestras razones, y que ustedes, como árbitros de esta situación verifiquen por si mismos los argumentos de cada una de las partes, y con todos los datos en su poder, si así lo desean, abramos el debate sobre TODAS las actividades ya sean lúdicas ó comerciales que tienen como protagonistas a los animales. No sería justo que se tomasen decisiones sin tener toda la información, ni que se midiese a unos y otros por diferente rasero. Es por ello que esperamos merecer su atención y nos ponemos a su disposición para facilitarles cuanta información precisen al respecto.

Historia del gallo combatiente español

El origen del Gallo de Combate se sitúa en el continente asiático, en la zona de la antigua Media, país áspero y frío cercano a Babilonia, siendo el tronco ancestral de los Gallos que conocemos hoy en día el Gallus bankiva y el Gallus sonnerati.

Fueron traídos a occidente en el siglo VIII antes de Cristo por las primitivas tribus arias que lo poblaron. Los Griegos y los Romanos los extendieron por todos los territorios que ocuparon, apareciendo grabados en vasijas y antiguas monedas griegas. Los Romanos sintieron por ellos tal predilección que incluso dieron su nombre a algunas tierra que ocuparon, como las Galias, hecho que justifica la aparición en algún momento de la historia de Francia, del famoso Coq Gaullois en el escudo nacional, símbolo de los antepasados de este país.

Después de extenderse por toda Europa, de España pasaron al Nuevo Mundo, introducidos por los descubridores, donde todos como todos sabemos ha alcanzado un espectacular desarrollo y difusión esta afición, hasta el punto de figurar como deporte nacional en algunos países.

Aspectos culturales del Gallo Combatiente Español

A lo largo de los siglos, las peleas de gallos han servido como punto de encuentro de numerosas sociedades, reunidas al protagonista indiscutible, para admirar su belleza, su valor, su combatividad, fiereza y determinación de morir antes que claudicar. Alrededor de ellas se han forjado numerosas relaciones de amistad que perduran a lo largo de los años, unidas por la devoción común que profesan al Gallo. Después de un enfrentamiento, ni siquiera el dolor de la derrota impide al vencido acercarse al vencedor para felicitarle por su victoria. No en vano, por estas y otras razones las peleas de gallos han sido conocidas siempre como “deporte de caballeros”. A su desarrollo no asiste ni siquiera la fuerza pública, habida cuenta de que no se registran incidentes que lo justifiquen, todo lo contrario que en otros deportes socialmente muy bien vistos, que no pueden celebrarse si previamente la fuera publica no hace acto de presencia.

 

Características de la raza del Gallo Combatiente Español

Hemos de tener en cuenta que el Gallo de pelea no es una raza “de Diseño” creada por el hombre, como pretenden hacer creer por ignorancia ó mala fe muchos de sus detractores, sino una manifestación más de la Naturaleza, que en su inmensa sabiduría creó este ser casi sobrenatural en su comportamiento, cuyos ancestros están identificados hasta que se pierden en la noche de los tiempos. La Naturaleza los creó, los dotó de su instinto combativo y de las armas para combatir. ¿Quiénes somos nosotros para juzgar, y aún más para pretender eliminar esta obra de la Naturaleza?

Prueben ustedes a criar a una gallina de esta raza con sus polluelos, y cuando aún muy pequeños comiencen a combatir, sin que nadie pueda pararlos, comprenderán que sin la intervención del hombre, preservándolos hasta la edad adulta, esta raza se extinguiría fácilmente. Imaginen lo que ocurriría con dos ejemplares que se enfrentasen por la defensa de su territorio en completa libertad. Como es obvio tanto vencedor como vencido probablemente perecerían por efecto de las heridas sufridas en el combate.

Hagan la prueba de colocar a un gallo de pelea frente a su comida, una gallina y otro gallo, y se sorprenderán al comprobar que ni el hambre, ni en el instinto sexual pueden con el instinto combativo, y se lanzará sobre su oponente hasta morir o vencer.

 

Crianza y manejo del gallo combatiente español

Pocos animales pueden presumir de ser tan mimados por sus dueños como el gallo de pelea. Su crianza, como un atleta que es, es exquisita desde aún antes de su nacimiento, con el delicado cuidado proporcionado a sus padres. Desde su nacimiento, tendrá los mejores cuidados dirigidos a que crezca sano y fuerte, proporcionándole la mejor alimentación, las vitaminas y tratamientos adecuados, las vacunas, y sobre todo el mayor espacio libre posible para que pueda desarrollarse como en su ambiente natural.

¿Qué pollo destinado a dar vueltas en un asador no se cambiaría por un gallo de pelea?

Ya desde temprana edad (seis ó siete meses) hay que recoger todos los machos y colocarlos cada uno en su jaula, porque como su pelea es natural, terminarían matándose en caso contrario.

Las jaulas estarán naturalmente sobre tierra, siempre húmeda y suelta para que el animal pueda escarbar, hacer ejercicio, y tenga la pluma sana y brillante.

Tendrán las dimensiones necesarias para que pueda moverse con soltura y estarán separadas convenientemente de las de otros gallos para evitar que se peleen y se dañen irremisiblemente.

Pocos animales son tan difíciles de criar y exigen tantos cuidados y desvelos como nuestros gallos de pelea. Les invitamos a visitar cuantos criaderos deseen, o mejor aún, a intentar su crianza para verificar la veracidad de nuestras afirmaciones.

 

Preparación y combate del Gallo Combatiente Español

Existe la creencia, propagada por personas absolutamente ignorantes del tema, de que al gallo se le inculca el instinto combativo preparándole para combatir. Si él no quiere, no combatirá, y no habrá fuerza humana capaz de obligarle a pelear. Invitamos a cualquiera a que nos demuestre lo contrario.

La única intervención del hombre en la preparación para el combate, es la que va destinada a garantizar que el animal combatirá en perfectas condiciones físicas y psíquicas, proporcionándole los ejercicios y alimentación adecuados para que alcance la plenitud física y tratándole con cariño y dedicación para que aprecie nuestra confianza en él, contribuyendo a su equilibrio psicológico.

Se nos acusa de maltrato, cuando nadie mima más a un gallo que su dueño, criándole y preparándole hasta el momento del combate y curando sus heridas una vez celebrado éste. Cualquiera que haya asistido a una pelea de gallos habrá observado que los animales combaten sin ninguna intervención del hombre, por lo que el maltrato es imposible.

Por otro lado, el hombre ha desarrollado reglamentos que regulan los combates, precisamente para garantizar que los enfrentamientos se producen en condiciones de igualdad (peso, armas, etc.) y que cuando un animal no está en condiciones de combatir se le retira dando vencedor al contrario.

 

REFERENCIAS

  • Federación Gallística Canaria: http://federaciongallisticacanaria.com/
  • Fotografías: Nicolás Lezcano

 

CARACTERÍSTICAS MORFOLÓGICAS DEL GALLO COMBATIENTE ESPAÑOL

Machos

Cabeza: Pequeña y en su conjunto semejante a las aves de rapiña.

Pico: Corto y fuerte, ligeramente curvo, preferiblemente amarillo.

Ojos: Grandes, vivos, expresivos y coloración pardo-rojiza.

Cresta: En forma de sierra o cresta de rosa (crestellado).

Barbilla: Proporcionada y roja.

Orejillas: Proporcionadas y rojas.

Cuello: Fuerte, esbelto, proporcionado y bien curvado, cubierto por una golilla, larga y abundante, que se extiende sobre los hombros.

Alas: Largas y fuertes, tocándose por detrás bajo la cola y cubriendo los muslos.

Dorso: Largo y fuerte, estrechándose hacia atrás y no excesivamente alzado.

Pecho: Fuerte y bien desarrollado y ligeramente estrechándose en la quilla.

Cola: Plumas anchas y largas ligeramente levantada con catorce plumas o dieciséis plumas.

Muslos: Fuertes y bien proporcionados.

Tarsos: Finos, redondeados, de longitud media, de espolones bien desarrollados y colocado bajo y cadenetas no muy marcadas.

Dedos: En número de cuatro, largos y finos, apoyándose en el suelo el posterior.

Conformación General: De tipo banquivoide, esbelto, arrogante y con marcha airosa.